Este libro está basado en hechos reales, es la historia de mi vida de cuatro años a la fecha, a partir de que desperté mi mente a la Telepatía. La Telepatía es la capacidad de comunicarse con otras personas por medio de la transmisión del pensamiento sin necesidad de hablar con la boca, sin importar la distancia a la cual se encuentren los involucrados.
Después de muchas cosas que hice, logré abrir la comunicación con dos personas, que se identificaron cómo Jesús de Nazaret y Kuthumi, ambos maestros ascendidos, quienes me dijeron que pertenecían a la dimensión veintinueve de los Arcturianos. Había escuchado de las dimensiones, de hecho nosotros vivimos en la tercera dimensión, así que claro que sabía que existían otras, lo que no sabía y que ellos me explicaron, es que existen treinta y cinco dimensiones, y cómo se vive en cada una de ellas. Esta apertura mental me sumió en un mundo de silencio en mi mundo físico, para estar todo o la mayor parte del tiempo en mi mundo mental, hablando con quienes llamé mis maestros. Ellos me explicaron que en realidad yo tenía una misión que cumplir. Que debería ayudar a Gaia, nuestro planeta, a su ascensión. Gaia se convertiría en un planeta de quinta dimensión, y para ello, cuatrocientos mil de sus habitantes, todos seleccionados con anterioridad, por su alto nivel de amor, deberían ser evacuados. Naves provenientes de planetas de dimensiones superiores, vendrían a rescatarlos y serían llevados al planeta Tritón, en donde vivirían y aprenderían cómo se vive y qué cualidades se deben tener para habitar en estos planetas. Después de la evacuación, Gaia acabaría con toda la vida sobre su superficie y se transformaría. Una vez hecho esto, todos los evacuados serían llevados nuevamente a Gaia, para vivir y repoblar este nuevo mundo, un mundo de quinta dimensión.

Si en un principio, antes de abrir mi mente, me hubieran dicho todo lo que tendría que hacer, muy probablemente no querría hacerlo, pero nadie me lo dijo y mi mente estaba abierta, así que solo me quedaba seguir hacia delante.
Para descartar que estas voces fueran provocadas por un tumor o algo mal en mi cerebro, pedí ser internado en el Hospital de Neurología de la ciudad de México, la estancia que inicialmente era de solo una semana para hacer los estudios, se prolongó a cuatro, porque Dios, nuestro padre, no quería dejarme salir. Le habían dicho que si un ser humano despertaba sus capacidades mentales superiores, podría quitarle el poder, así que con esas dudas había decidido encerrarme. Después de hablar con él y explicarle que a mí no me interesaba su poder, que lo único que quería era ayudarle, me dejó salir y me dieron de alta, pudiendo volver a mi vida que ya no era “normal”.

Un mundo de aventuras increíbles se abrió para mí, mi vida se transformó. Mientras construía un mundo hermoso en mi mente, mi mundo físico se transformaba.

Para lograr la transformación de Gaia, tuvimos que luchar una guerra en el espacio. Planetas guerreros de la sexta dimensión que se oponían a esto, enviaban naves muy poderosas para evitar la ascensión y debíamos detenerlas, esto costo muchas vidas, pero finalmente se logró. Jamás en mi sano juicio, hubiera creído que las guerras en el espacio, del tipo de la película, la guerra de las galaxias, fueran una realidad. Qué existieran Consejos Intergalácticos, qué hubiera mundos superiores con tecnologías increíblemente poderosas listos para la guerra, no lo hubiera creído, más todo era real y ocurría dentro de mi mente. Junto con la telepatía desarrollé la clarividencia, la capacidad de ver con la mente, en específico con el tercer ojo, cosas que ocurren en lugares muy apartados; y la clariaudiencia, la capacidad de escuchar sonidos a grandes distancias.
Pero la misión no solo era eso, la ascensión de Gaia fué solo el principio. Lo difícil vendría más adelante, lograr el fin de la oscuridad y la dominación, en los planetas de la tercera dimensión y la transformación del Universo.