Recordemos que nosotros, antes de renacer o reencarnar, decidimos cómo y qué experiencias vamos a vivir y con quienes. De manera que cualquier encuentro con una persona no es al azar, ni por buena o mala suerte, sino que es un acuerdo entre esa persona y nosotros, para vivir y aprender ciertas lecciones. De manera que, en realidad, no nos están haciendo daño y no les estamos haciendo daño, sino que nos estamos ayudando mutuamente a vivir la experiencia que planificamos. Si no entendemos esto y creemos que la persona nos robó, nos humilló, o nos ultrajó de alguna manera; entonces nos llenaremos de enojo, ira, rencor, resentimiento, deseos de venganza, vergüenza, o humillación, todo tipo de emociones, que son precisamente los aprendizajes que queríamos tener. Si quiero aprender del miedo, puedo pedirle ayuda a alguien para que me robe y me quite algo que quiero mucho. Si quiero aprender de la humillación, le pido ayuda a una, a varias o a muchas personas, para que me humillen en las diferentes etapas de mi vida. A lo mejor, querías aprender de la pérdida de un ser amado, y te pones de acuerdo con tu futuro hijo para que abandone su cuerpo a una edad temprana, ese acto te dará las emociones y sentimientos que tú quieres y necesitas aprender. Pero todas esas experiencias vividas, junto con el miedo, el dolor, la humillación, se quedan con nosotros como parte de nuestras experiencias y nos “morimos”, llenos de esos dolores y sin agradecer por ellos.
El agradecimiento por el dolor de la pérdida de un ser amado, el agradecimiento por la humillación que has experimentado, el agradecimiento por la pérdida de aquello que apreciabas y que te fue arrebatado en el asalto, te libera de tus karmas. El perdón y el agradecimiento, te liberan.
Si mueres lleno de enojo, resentimiento o culpa por el daño que hiciste, o por el daño que te hicieron, entonces se crea el karma, se crea la deuda y tendremos que volver a tomar otro cuerpo para volver a vivir la experiencia, porque no pasamos la prueba, no superamos la deuda, no supimos liberarnos.
No reencarnamos en un nuevo cuerpo solo para repetir las experiencias anteriores, sino para romper y terminar con esas repeticiones.
Si en la vida presente, perdiste a un ser querido, puede ser por dos posibles causas:
La primera es que fue tu deseo aprender de esos sentimientos y, por lo tanto, hiciste esos acuerdos.
La segunda, es que en una vida anterior le quitaste un hijo a alguien y como una forma de pagar tu deuda, ahora pides que alguien te quite a tu hijo.
El que fue violador en una vida pasada, ahora puede pedir ser violado para pagar sus deudas.
El que fue un asaltante en una vida pasada, ahora puede pedir ser asaltado como una forma de pagar una deuda.
No reencarnamos en un nuevo cuerpo solo para repetir las experiencias anteriores, sino para romper y terminar con esas repeticiones.
El que fue corrupto en una vida pasada, puede pedir volver a tener un trabajo en donde pueda ser nuevamente de esta manera. Lo que en realidad busca el ser, no es volver a ser corrupto, es dejar de ser corrupto y liberarse del karma.
El que es humillado en esta vida, quizás es porque en la anterior fue un humillador y quiere pagar sus deudas.
La mujer que en esta vida, es violentada y golpeada por el esposo, en su vida pasada fue el hombre que violentó y golpeó a su esposa, y decide ahora ser la mujer para pagar sus deudas.
El hijo que en esta vida es golpeado por el padre, en la anterior fue el padre golpeador y quiere pagar sus deudas.
De tal manera, la vida es justa y perfecta, le da a cada quien la experiencia que necesita vivir. Ahora, ¿puedes entender, por qué estás viviendo la experiencia de vida que estás viviendo? Vienes a vivirla para liberarte de ella, no para repetirla, sino para dejar de hacerlo.
Agradeciendo la experiencia actual y pidiendo perdón, te liberas del karma.