Lynda Jean Córdoba Carter, nació el 24 de julio de 1951, recientemente cumplió setenta y tres años, y este escrito es mi homenaje a su hermosa vida. Tiene sangre latina al ser hija de una mujer mexicana y su padre era de ascendencia irlandesa. Su niñez fue mi divertida, una época en que no había mido a salir a la calle, los niños y niñas pasaban su día en la calle o en los terrenos baldíos investigando y jugando, las pandillas de niños eran divertidas, jugar con un aro de metal era tan divertido como el PlayStation de esta época. Al crecer desarrolló una belleza notable, lo que la llevó a ser maltratada por los niños que le tenían envidia, eso la sumió en una depresión, teniendo que elevar su autoestima y su autoconfianza, la cual salió adelante, su abuela materna jugó un papel importante en el crecimiento de su confianza. En la adolescencia, se enfrentó a lo que toda mujer hermosa se enfrenta, y las que no también, sufrió abusos, había acuerdos y karmas que resolver, así que vivió sus experiencias y se ató a algunos karmas, pero siguió viviendo y creciendo. A los 21 años, se coronó Miss USA, representando a su estado de nacimiento, Arizona, sus ojos azul profundo, su altura, mide 1.75 m, su hermosa sonrisa y su inteligencia, fueron reconocidas con este premio, posteriormente incursionó en el canto y la actuación, grabó varios discos, tiene una voz excepcional que le permite cantar blues de una manera única. Debido no solo a su belleza, porque en esta vida no basta con ser bella, tienes que tener talento, y eso es algo que se desarrolla; incursionó en el cine y se volvió una actriz reconocida. Su mayor éxito vino cuando representó el papel de la Mujer Maravilla, papel que juega hasta el día de hoy. Ella es un ejemplo para muchísimas mujeres en el mundo, fué en su tiempo una heroína, capáz de hacer cosas increíbles, tenía una gran confianza en sí misma, en una época en donde el machismo era la norma social y las mujeres trataban de ser reconocidas en sus derechos. De manera que fue un gran ejemplo para muchas niñas que en esa época crecían. Se casó en dos ocasiones, cada una de ellas, saco de dentro de sí un amor muy hermoso, tuvo dos hijos, ambos actualmente jóvenes, inteligentes y hermosos, una niña y un niño. Su esposo era un gran ser humano, y tuvieron un matrimonio que duró muchos años. Actualmente, sigue siendo un gran ejemplo de mujer poderosa y muy amorosa, sus ojos siguen siendo de un azul profundo, y su amor hermoso, enriquecido con todas y cada una de las experiencias de su vida, sus dolores y su llanto, la han hecho ser el amor más hermoso que existe en el universo. Este amor nos sigue bendiciendo a todos, los que la conocemos, con solo verla sabemos que estamos ante un Ángel de Dios.

¡Que sigas viviendo muchos años más Linda Carter, mi Mujer Maravilla!

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