Los acuerdos de vida, ¿para qué sirven? 2a Parte

Los acuerdos de vida, ¿para qué sirven? 2a Parte

Esta planeación requiere que se realicen acuerdos con otras personas, consigo mismo, o con alguien de dimensión superior, quienes le van a ayudar a vivir las experiencias necesarias para volver a SENTIR aquello que es necesario para limpiar sus deudas o karmas.

Sin los acuerdos, esperar a vivir una experiencia, tendría que ser cuestión de azar, de la buena o mala suerte, sería cosa de esperar a ver si tenemos la fortuna de que alguien nos haga SENTIR, eso, lo que nos dará la oportunidad de limpiarnos de karmas.

Esperar que las cosas ocurran por azar es muy complicado e ineficiente, por lo que para asegurar la vivencia se crean los acuerdos.

Por ejemplo: Si he decidido pagar una deuda de karma relativa a la confianza, porque en la vida anterior defraudé a alguien que me dio su confianza y le robé su dinero o le quité su casa, entonces hago acuerdos con alguien para que él o ella, abusen de mí y me roben o me quiten mi casa. Este acto me regala el SENTIMIENTO, el odio, el enojo, la rabia, el miedo, etc., este sentimiento es la oportunidad para pagar mi deuda. Si me quedo con el enojo o el odio, entonces no hay pago de karma y este permanece. Por otro lado, si siento el enojo y el odio, pero reconozco que quizás yo le hice eso a esa o alguna otra persona, en esta o en alguna vida pasada, entonces pido perdón desde el fondo de mi corazón, y me libero del karma, dejo ir la pérdida, el dinero o la casa y me libero.

Ejemplo: Si en la vida próxima pasada, o en otra anterior, fui corrupto e hice mi riqueza con este tipo de acciones, ahora elijo nacer y vivir en un medioambiente, familiar, de trabajo y social, que me permita volver a vivir esas experiencias. Esas experiencias me regalarán el SENTIMIENTO, la ambición, el enojo, la venganza, etc. Si decido volver a ser corrupto, entonces no hay pago de karma, pero si decido qué ya no necesito ser así y pido perdón por los actos de este tipo que hice en esta o en vidas pasadas, entonces me libero del karma.

Si entendemos esto, los actos que nos ocurren, en el transcurso de nuestra vida, son la oportunidad para limpiar nuestras deudas, dejar de ser de tal o cual manera, y dejar de vivir atados a “malas experiencias”.

De manera que los acuerdos, son la forma en que nos aseguramos de vivir las experiencias deseadas, sin esperar a la buena o a la mala suerte. Por otra parte, también es la oportunidad para la persona con quien hacemos el acuerdo, para que ella se limpie de karmas y termine con este tipo de experiencias, déjame ejemplificar un poco, volviendo al ejemplo de la confianza.

La persona con quien hicimos el acuerdo para que ella me robe mi dinero y abuse de mi confianza, o de que me quite mi casa, tiene la oportunidad de desatarse de ese karma, al dejar de hacer eso. Ella, tendría que reconocer que quizás en vidas pasadas, ella les quito sus casas, o su dinero a otras personas, y que esta es una oportunidad de ya no seguir haciendo eso. Si ella pide perdón desde su corazón, por el daño causado en vidas anteriores, a esta o a cualquier otra persona, se liberará del karma. Si continúa haciendo esto, entonces permanece atada al karma.

La persona que está haciendo actos de corrupción y está a punto de corromper a alguien con su plan, debería de entender, que esta es una oportunidad para ya no seguir atado, para no seguir haciendo actos de corrupción, pedir perdón y liberarse.

Cuando continuamos “muriendo” con todos esos actos y sentimientos en nuestro interior, seguimos atados al karma, y volveremos a tomar otro cuerpo, para volver a vivir las mismas o experiencias similares, que nos regalen la oportunidad para romper y terminar con los karmas, una y otra vez, en una rueda de muerte y renacimiento sin fin, atados a las experiencias.

El análisis y reflexión que hacemos, estando en la ciudad de la luz, acerca de cómo vivir nuestra próxima vida y cómo sanar nuestras deudas, es un proceso largo y complicado, ya que conlleva acuerdos con muchísimas personas. Cuando este trabajo este hecho, el ser elige cuando volver a tomar un cuerpo y nacer a una nueva experiencia. Elige cuando volver a entrar a escena en el gran teatro de la vida.

Los acuerdos de vida, ¿para qué sirven? 1a Parte

Los acuerdos de vida, ¿para qué sirven? 1a Parte

La vida es una experiencia maravillosa, llena de misterios e incertidumbres. Es la manera en que experimentamos y aprendemos. Es la forma en que creamos deudas de karma o dharma.

Los Karmas son deudas de tipo negativo, cuando dañamos, lastimamos, robamos, humillamos, corrompemos, violamos, etc., a otra persona, animal o cosa, se origina una deuda que tendrá que ser pagada o limpiada, limpiada significa sanada, ya sea directamente con la persona o ser con quien hicimos ese daño, o a través de otra persona, quien nos da la oportunidad de pagar esa deuda, en esta vida o en vidas posteriores.

Los Dharmas son deudas de tipo positivo, se originan cuando ayudamos o hacemos un bien a alguna persona, o animal, estos eventos se guardan en nuestros registros Akashicos, y se acumulan como bendiciones que recibiremos posteriormente, en esta vida, o en las subsecuentes.

Mientras más Dharmas se produzcan o reciban en una vida, tendremos una vida más feliz y bendecida; por el contrario, mientras más karmas se produzcan en una vida, tendremos una existencia llena de “problemas, retos e infelicidades”.

Los conceptos de Karma o Dharma, no son aceptados por la mayoría de las religiones. Así que desconocemos su existencia, solo algunos caminos espirituales hablan y enseñan acerca de estos. Desconocer su existencia nos ha llevado a cometer actos, que de haber sabido desde pequeños que existen el karma y el dharma, no los hubiéramos hecho.

Todos nuestros Dharmas o Karmas, nos ayudarán a vivir experiencias. Estas experiencias, sin embargo, no son al azar, eventos casuales, o coincidencias del destino, todo lo contrario, son eventos claramente planeados, programados y creados, pero ¿por quién?, ¿quién se encarga de ensañarse con nosotros en esta vida?, ¿es Dios acaso, es el destino? La respuesta es NO, la planeación de todos estos eventos es hecha por nosotros mismos, antes de nacer a la vida presente, mientras habitamos en las ciudades de la luz.

¿Qué ocurre verdaderamente, cuando un ser abandona su cuerpo físico, en el momento de la mal llamada “muerte”? En ese momento el cuerpo primordial y el cuerpo de luz, se desprenden del cuerpo físico, y estos se van al cielo, a la ciudad de la luz; o al infierno, según hayan sido las creencias de la persona, para poder continuar con sus experiencias de vida.

Existen muchos vídeos e investigaciones científicas que demuestran que estos cuerpos abandonan al cuerpo físico al momento de la “muerte”, videos en donde se observa el desprendimiento de esos dos cuerpos.

¿Qué ocurre en las Ciudades de la Luz? Estas ciudades se encuentran ubicadas, por encima del nivel de las nubes en la atmósfera del planeta, son creadas de energía etérica.

La energía etérica o el éter, como se conoce, es la energía en medio de la cual vivimos. Nosotros somos como peces que habitan dentro del agua, solo que, en lugar de agua, nosotros estamos inmersos en el éter. El éter es la energía responsable de que puedas escuchar la voz de tu interlocutor, sin esa energía, las ondas de sonido no llegarían, desde su boca hasta tus oídos. Lo mismo que la luz, las ondas de luz viajan entre el éter, desde su origen, hasta tus ojos, de esa manera es que puedes ver. En el éter se encuentran flotando el Oxígeno, Hidrógeno y otros elementos, que nos permiten vivir. Como los peces en el océano, que obtienen del agua lo que necesitan para vivir.

Las ciudades de la luz, se crearon, como un lugar de descanso y de planificación. Aquí es a donde llegan todas las almas o seres, que han dejado su cuerpo y viven por un tiempo. Esa cantidad de tiempo no es determinada por nadie, sino por el ser mismo, él o ella deciden cuánto tiempo desean permanecer allí.

En estas ciudades se lleva a cabo el reencuentro con nuestros seres queridos, nuestros papás, hermanos, abuelos, tíos, amigos, etc., que han abandonado su cuerpo físico antes que nosotros.

Después del descanso y recuperación necesarios, el ser lleva a cabo un análisis de lo que fue su vida próxima pasada, analiza sus aciertos y sus “equivocaciones”, observa sus aprendizajes, los karmas que creó y los que pudo haber roto, pero no lo hizo, y observa los que sí limpió y de los cuales está ahora liberado. En este análisis, recuerda su misión de vida y por qué había decidido volver a tomar otro cuerpo, y determina sus logros con relación a ello. Este análisis y planeación, lo lleva a cabo en compañía de sus hermanos mayores, seres de dimensiones superiores, quienes, en un acto de amor hermoso, le ayudan a ver y a analizar todo esto.  Continuará…

¿Por qué le tenemos miedo a morir?

¿Por qué le tenemos miedo a morir?

Lo que mantiene al hombre sumido en el miedo, es no saber qué ocurre, después de la muerte. Desconocemos lo que pasa y eso nos crea un miedo muy profundo, un miedo que no nos permite VIVIR libremente; un miedo que no nos permite vivir la vida experimentando nuevas cosas y disfrutando del camino; un miedo que nos apaga las ganas de experimentar y, por lo tanto, solo nos mantenemos reviviendo lo que ya conocemos, porque eso sí que es seguro, eso ya lo conocemos.

Las creencias que tenemos programadas en nuestra mente relativas a la muerte, nos hablan de un lugar de premio o castigo, el cielo o el infierno. Estas creencias nos obligan a vivir bajo ciertas normas o reglas, regularmente originadas por el poder de las religiones, dichas reglas las convierten en mandamientos de vida. Si estos mandamientos son seguidos, nos darán como resultado el cielo, pero si los incumplimos, nos llevarán al infierno.

Esas creencias o normas, sin embargo, no son sencillas de seguir, porque vivimos en un mundo con muchas situaciones o condiciones diferentes, muchas “tentaciones”, que nos llevan a romper o a faltar a esos mandamientos, y nos crean miedo al saber que nos espera un infierno y no un cielo.

Todos los cuentos que nos han platicado acerca del infierno, son terroríficos, un sitio lleno de demonios que nos lastimarán, un fuego eterno que quemará nuestras carnes, etc., conocer todo eso nos genera miedo a vivir o a experimentar cualquier cosa que este fuera de esas normas, y vuelve nuestras vidas muy limitadas. Esas normas o mandamientos no nos permiten vivir y experimentar nuevas cosas. Recuerda que la forma en que aprendemos es con la experimentación. Nadie te puede decir a que sabe un helado de pistache, podrían intentar decírtelo, pero solo hasta que lo experimentes y pruebes, sabrás lo que es verdaderamente su sabor. De manera que no experimentar es NO APRENDER. Y eso es lo que el poder religioso quería que pasara, que no aprendiéramos ni experimentáramos, para ser solo “obedientes y buenos”. Acaso no nos decían: “La vida es muy simple, solo tienes que obedecer los mandamientos de Dios, ellos son la guía para una vida recta”.

De manera que si nuestra creencia, acerca del posible resultado de nuestra vida, es que nos vamos a ir al infierno, porque no fuimos tan santos como se nos exigía, pues nadie en su sano juicio se querría morir. Las personas que habían sido “buenos y obedientes”, tenían la creencia de que su premio sería el cielo y por lo tanto, no tenían miedo a morir. Pero el 99.9 % de los seres humanos, hemos roto alguno de esos mandamientos o normas religiosas en algún momento de nuestras vidas, lo que nos crea la incertidumbre y el miedo a la muerte.

El miedo a la muerte nos produce incertidumbre y duda, sobre el posible final de nuestra vida, y no queremos morir. Este sentimiento o pensamiento lo demuestra el hecho de que muchas personas, minutos antes de morir, piden la presencia de un sacerdote porque quieren descargar todas las cosas que tienen guardadas, y que son un peso para su alma, cosas que rompieron las reglas, y los llevarán al infierno. La presencia del sacerdote y el perdón que les otorga, según la creencia, les da paz, y dejan su cuerpo más tranquilamente. El miedo al infierno, es la razón por la que preferimos seguir atados a la vida, y nos aferramos a ella, aun cuando nuestro cuerpo físico está muy dañado o enfermo, no queremos soltarnos, el miedo nos ata al cuerpo físico. Este miedo a la muerte, es la razón por la cual los seres humanos le temen al cambio y, por lo tanto, a experimentar cosas nuevas.

¡El Potencial que tienes y desconoces!

¡El Potencial que tienes y desconoces!

La autoestima se define como el valor que nos damos a nosotros mismos. Obviamente, no medido en pesos o dólares, sino en valía. ¿Cuán valioso soy?, ¿cuánto considero que valgo?

En una ocasión le preguntaron a una persona:

— ¿Por cuánto dinero venderías un brazo?

— No, claro que no lo vendería. —fue su respuesta.

— ¿Y una pierna?

— No, tampoco lo vendería.

A ninguna parte de nuestro cuerpo físico podríamos ponerle un valor en dinero, porque las consideramos invaluables, por su utilidad. Existen, por supuesto, las excepciones a la regla, personas que sí estarían dispuestas a vender cualquier parte de sí mismos, porque para ellos esos órganos no son más importantes que el dinero que se les pagaría. Sin embargo, para aquellos que realmente nos valoramos, no podríamos siquiera pensar en vender algo tan valioso como un brazo o una pierna.

¿Cuánto valgo? Lo interesante de esta pregunta es que la mayoría de las personas no tiene una respuesta para ella. Sin embargo, la única persona que podría responder acertadamente eres tú mismo.

Hagamos un ejercicio: Ponte un precio en dólares, en pesos o en la moneda de tu país. ¿Te parece que ese valor es mucho? Si alguien te ofreciera el dinero que acabas de definir, por ambas piernas y un brazo, ¿lo aceptarías? Tu respuesta dependerá de cuán valiosas consideres ambas extremidades de tu cuerpo. Estoy seguro de que la mayoría no aceptaría ese dinero, porque en realidad no querrían vivir la vida llena de dinero con un cuerpo mutilado. Un cuerpo que no te permite disfrutar de lo que tienes. Lo más importante, es que al aceptar el dinero estás reconociendo que en realidad no vales mucho, porque para ti fue más importante el dinero que tú mismo.

Para determinar el valor de uno mismo, tenemos que considerar el potencial interior.

Imagina que tienes en la mano una semilla de manzana, esta semillita tan insignificante y pequeña, tiene en su interior un potencial enorme. Si la colocas en el medioambiente adecuado y le das los nutrientes y el agua que requiere para su desarrollo, obtendrás un árbol. Este dará frutos en un futuro cercano, y con el transcurrir de los años la cantidad de frutas irá ​​aumentando. Sí sacamos de cada manzana que ese árbol nos dé, las semillas y las ponemos a germinar, con la cantidad de agua correcta y los nutrientes adecuados, crecerán decenas de árboles, si repetimos el proceso tendremos cientos y después miles de árboles, y tendremos millones de manzanas. Ese es el potencial que esa pequeña e insignificante semilla tenía dentro. ¿Cuánto dirías que vale esa semilla ahora que puedes ver su potencial? ¿Te das cuenta cómo el valor de algo cambia cuando conocemos su potencial? Lo mismo ocurre con las personas, el valor de una persona cambia cuando conocemos su potencial. Lo único que tenemos que hacer es sacar ese potencial y hacerlo productivo.

Linda Carter, Nacida para Empoderar

Linda Carter, Nacida para Empoderar

Lynda Jean Córdoba Carter, nació el 24 de julio de 1951, recientemente cumplió setenta y tres años, y este escrito es mi homenaje a su hermosa vida. Tiene sangre latina al ser hija de una mujer mexicana y su padre era de ascendencia irlandesa. Su niñez fue mi divertida, una época en que no había mido a salir a la calle, los niños y niñas pasaban su día en la calle o en los terrenos baldíos investigando y jugando, las pandillas de niños eran divertidas, jugar con un aro de metal era tan divertido como el PlayStation de esta época. Al crecer desarrolló una belleza notable, lo que la llevó a ser maltratada por los niños que le tenían envidia, eso la sumió en una depresión, teniendo que elevar su autoestima y su autoconfianza, la cual salió adelante, su abuela materna jugó un papel importante en el crecimiento de su confianza. En la adolescencia, se enfrentó a lo que toda mujer hermosa se enfrenta, y las que no también, sufrió abusos, había acuerdos y karmas que resolver, así que vivió sus experiencias y se ató a algunos karmas, pero siguió viviendo y creciendo. A los 21 años, se coronó Miss USA, representando a su estado de nacimiento, Arizona, sus ojos azul profundo, su altura, mide 1.75 m, su hermosa sonrisa y su inteligencia, fueron reconocidas con este premio, posteriormente incursionó en el canto y la actuación, grabó varios discos, tiene una voz excepcional que le permite cantar blues de una manera única. Debido no solo a su belleza, porque en esta vida no basta con ser bella, tienes que tener talento, y eso es algo que se desarrolla; incursionó en el cine y se volvió una actriz reconocida. Su mayor éxito vino cuando representó el papel de la Mujer Maravilla, papel que juega hasta el día de hoy. Ella es un ejemplo para muchísimas mujeres en el mundo, fué en su tiempo una heroína, capáz de hacer cosas increíbles, tenía una gran confianza en sí misma, en una época en donde el machismo era la norma social y las mujeres trataban de ser reconocidas en sus derechos. De manera que fue un gran ejemplo para muchas niñas que en esa época crecían. Se casó en dos ocasiones, cada una de ellas, saco de dentro de sí un amor muy hermoso, tuvo dos hijos, ambos actualmente jóvenes, inteligentes y hermosos, una niña y un niño. Su esposo era un gran ser humano, y tuvieron un matrimonio que duró muchos años. Actualmente, sigue siendo un gran ejemplo de mujer poderosa y muy amorosa, sus ojos siguen siendo de un azul profundo, y su amor hermoso, enriquecido con todas y cada una de las experiencias de su vida, sus dolores y su llanto, la han hecho ser el amor más hermoso que existe en el universo. Este amor nos sigue bendiciendo a todos, los que la conocemos, con solo verla sabemos que estamos ante un Ángel de Dios.

¡Que sigas viviendo muchos años más Linda Carter, mi Mujer Maravilla!